Ucrania y Rusia: la inevitabilidad de la separación

Para Ucrania, la coexistencia con Rusia se quedará por mucho tiempo sólo en el formato de una coexistencia limitada, forzada, de confrontación y frialdad.

Durante la agresión rusa, en las relaciones entre Kyiv y Moscú se formó una realidad política e ideológica sin precedentes. Ella encontró su expresión en un conjunto de actos jurídicos regulatorios (llamamientos y resoluciones de la Verjovna Rada sobre la agresión de la Federación de Rusia, los correspondientes decretos presidenciales, las decisiones del SNBO (Consejo de Defensa y Seguridad Nacional) y del Consejo de Ministros, las nuevas estrategias de seguridad nacional y de la doctrina militar). En términos generales la "matriz ideológica” actual de la política ucraniana en la dirección rusa es la siguiente: Rusia es un agresor y un adversario militar, el objetivo del Kremlin es la destrucción del estado ucraniano, la agresión será larga, la normalización de las relaciones es posible bajo la condición de la devolución de los territorios ocupados, la indemnización por daños y perjuicios contra la agresión, la no injerencia en los asuntos internos de Ucrania.

Obviamente, a corto plazo la política del Kremlin en relación con Ucrania no cambiará para mejor, y no ocurrirán cambios radicales internos en Rusia (lo más probable que ocurra, es la próxima cadencia presidencial de Putin). Por lo tanto, surge la pregunta: ¿Cómo, y por cuál esquema convivir con la Rusia de Putin? ¿Cómo y bajo qué principios formar las relaciones en las esferas política, diplomática, de seguridad, economía, energía, información, humanitarias?. Es decir, ¿Cuál debe ser la estrategia de mediano plazo de Ucrania en la dirección rusa?

Además, como todos sabemos, se trata de la formación de  un nuevo modelo conceptual de relaciones no con algún país lejano y poco importante, sino con el estado vecino, con el que cual Ucrania tiene 2 mil km de frontera común, e innumerables conexiones interpersonales, socioculturales e históricas (sólo en el año 2015 fueron registrados 7,5 millones de cruces de la frontera entre Ucrania y Rusia).

LIBERARSE DE LAS ILUSIONES

Hablando sobre las perspectivas de las relaciones bilaterales, debe prestarse atención al menos a las siguientes importantes circunstancias.

Las recientes relaciones entre Kyiv y Moscú nunca fueron realmente de socios y de igualdad,  eran un intercambio politico-económico, de trueque de intereses nacionales a cambio de  preferencias económicas (Los "Acuerdos de Járkiv", el "giro en Vilnius a la política de integración”, etc.). El Kremlin considera la identidad socio-cultural, y sobre todo, la identidad geopolítica de Ucrania exclusivamente dentro de su zona de intereses privilegiados, como parte de su "mundo ruso". El Kyiv “diferente”, y su deriva a Europea lo percibe como un desafío y una amenaza. Al mismo tiempo, a los ojos de los líderes rusos, Ucrania es una “exclusión histórica”, una formación artificial de territorios no-ucranianos (de ahí el plan de la "nueva Rusia").

Hay una serie de cuestiones básicas, donde el compromiso no es posible a corto plazo. No hay ni rastros de perspectivas legales, políticas, diplomáticas y económicas internacionales para una solución al problema de la Crimea. Para Rusia este asunto está cerrado. El conflicto en el Donbás, en el mejor de los casos se congelará por un largo período de tiempo. Para el Kremlin la integración europea de Kyiv es inaceptable y la Euroatlántica, imposible. Mientras que Moscú tiene dudas sobre la legitimidad de las actuales autoridades ucranianas y condena el "fortalecimiento de la ideología nacionalista" (véase la nueva Estrategia de seguridad nacional de la Federación rusa, firmada por V. Putin el 31 de diciembre de 2015).

Ucrania ha sufrido pérdidas sin precedentes, pasó por una enorme experiencia traumática debido al ”estado fraternal". El Donbás mataron a más de 9 mil ciudadanos ucranianos, fueron heridos más de 20 mil, hay 1,7 millones de desplazados internos. Fueron ocupados unos 44 mil km2 de territorio ucraniano. Fue perdido alrededor del 20% del potencial industrial del país.

Se produjo un rompimiento psíquico profundo. Durante los años del conflicto cambiaron fundamentalmente las actitudes de los ciudadanos de Ucrania con la Federación de Rusia, su liderazgo, la política del Kremlin sobre Ucrania, las perspectivas para las relaciones con Rusia. Surgió una división de alienación, desconfianza y hostilidad. Tales cambios en la conciencia pública tendrán carácter profundo a largo plazo, al menos de generaciones.

DE LA "ASOCIACIÓN FRATERNAL" A LA "COEXISTENCIA DE CONFRONTACIÓN"

Los dos años de guerra "híbrida", de toda la gama de relaciones interestatales (sin hablar ya de la guerra como tal) les dejaron a Ucrania por largo tiempo sólo el formato de una convivencia con Rusia obligada, forzada, de confrontación, fría, dependiendo de la situación corriente. Mientras no termine la agresión rusa, no sea restablecida la integridad territorial y se compensen las pérdidas.

Ahora este formato implica al menos, cuatro temas urgente del programa para Ucrania: a) el establecimiento de un sistema eficaz de confrontación a la agresión rusa, realización de reformas internas y aseguramiento del apoyo externo; b) revisión (límitación/cancelación) de todos los contactos en todas las esferas y ramas; c) defensa rígida de los intereses nacionales con el apoyo de los países aliados y estructuras internacionales; d) liquidación de la dependencia financiera, económica, energética de Rusia.

En general, los componentes conceptuales de la política ucraniana en la dirección rusa pueden ser como sigue:

Primero. Rusia es un país agresor, y la normalización de las relaciones con la Rusia de Putin actual es imposible.

Segundo. Teniendo en cuenta las diferencias de las capacidades económico-militares de ambos países, es posible reducir al mínimo la amenaza rusa, pero no neutralizarla por completo, por ello resistir a la Federación Rusa es posible sólo con esfuerzos internacionales conjuntos. De ahí la vital solidaridad internacional y el apoyo externo.

Tercero. Son inaceptables tanto el modelo ruso de  estructura y desarrollo político-estatal, como las fórmulas de "asociación estratégica", "estados hermanos", "buena vecindad".

Cuarto. La fijación oficial del paquete de cuestiones, donde el compromiso con Rusia es imposible bajo ninguna circunstancia (en particular, la elección geopolítica de Ucrania, su estructura estatal, y similares).

Quinto. Kyiv no participará en ningún proyecto de integración en el territorio post soviético, bajo los auspicios de la Federación Rusa. Kyiv y Moscú no son socios en un sistema de relaciones de integración.

Sexto. Las condiciones para una regulación gradual del conflicto entre Rusia y Ucrania son: el fin de la agresión de la Federación Rusa, la liberación de los territorios ocupados, la indemnización por las pérdidas, la no injerencia en los asuntos internos y el respeto a la elección geopolítica de Ucrania.

Por supuesto, esto es solamente un bosquejo preliminar de los principios más generales de la coexistencia a largo plazo con un régimen político como el de Rusia, que contiene amenazas al estado ucraniano.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta, que los regímenes políticos van y vienen, y las relaciones entre los pueblos continúan. Por lo tanto, es esencial, por un lado, distinguir claramente el actual régimen político en Rusia y a Rusia como tal. Por otro lado, hay que ver el objetivo estratégico: la restauración del interés de los pueblos en una vecindad pacífica y el debido respeto a elección geopolítica (civilizada) geopolítica del socio.

Mijail Pashkov, codirector de programas de política exterior y seguridad internacional del Centro Razumkov. Kyiv.

Traducción y redacción: Rubén Urribarres.