El Sr. Schmale fue nombrado para su puesto actual en agosto del año pasado. Cuenta con más de tres décadas de experiencia en operaciones humanitarias internacionales. Ha trabajado con la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, ha ocupado altos cargos en el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS) en Líbano y Gaza, y ha coordinado programas en África y Nigeria. De origen alemán, creció en Botsuana, Sudáfrica y cerca de Berlín, y desde su infancia se preocupó por los problemas del apartheid y la injusticia.
Recientemente declaró que no se siente optimista sobre el fin de las hostilidades en la guerra de Rusia.
Hablamos con Matthias Schmale sobre los esfuerzos de paz en curso, la asistencia de la ONU a Ucrania y los desafíos del invierno actual.
A PESAR DE LA GUERRA, LAS AUTORIDADES UCRANIANAS PUEDEN GARANTIZAR EL BIENESTAR DE SUS CIUDADANOS
Pregunta: Sr. Schmale, el 3 de diciembre, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución que insta a Rusia a devolver a los niños ucranianos secuestrados. ¿Qué importancia tiene este documento?
Respuesta: Los niños secuestrados o trasladados a Rusia son un problema muy emotivo. Para los políticos y ciudadanos ucranianos, es crucial que estos niños regresen a una vida segura y digna.
La resolución de la Asamblea General envía un fuerte mensaje de apoyo, que es apreciado sobre el terreno.

P: En una entrevista, cuando le preguntaron por qué algunas personas permanecen en zonas peligrosas a lo largo del frente, usted respondió que creen que deben quedarse para honrar a quienes perdieron la vida defendiendo el país. La propaganda de Putin afirma que Rusia está "liberando" territorios de los ucranianos. ¿Cómo respondería a tales declaraciones?
R: Permítame aclarar que la razón que usted citó es sólo un aspecto de por qué la gente se queda.
No puedo comentar sobre lo que Rusia afirma que está sucediendo sobre el terreno. Solo puedo describir lo que veo. Y lo que veo es una masacre continua: gente muerta y herida, infraestructuras públicas vitales destruidas, incluyendo escuelas y centros de salud.
Esto debe cesar. No es justo ni correcto. Como ha reiterado nuestro Secretario General, la invasión rusa a gran escala viola la Carta de las Naciones Unidas y la integridad territorial de Ucrania, y la comunidad internacional debe trabajar para restablecer el respeto a estos principios.
P: El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Lavrov, afirma cada vez que visita la ONU que la tragedia de Bucha fue inventada por nacionalistas y orquestada por los británicos. ¿Qué le diría si se lo repitiera a la cara?
R: Respondería como lo he hecho aquí. Solo puedo describir lo que he observado y lo que informan fuentes fiables sobre el terreno.
No estuve presente en Bucha en 2022, pero civiles ucranianos, defensores de los derechos humanos y ONG —testigos creíbles— lo han descrito con gran crudeza. No entiendo cómo pudo ser una invención. Realmente ocurrió.
P: También afirmó que Ucrania no es en absoluto un "Estado fallido", sino que sigue funcionando y presta servicios en circunstancias extremadamente difíciles. Parece que con esta declaración contradice la propaganda del Kremlin. ¿Podría explicarnos esta idea?
R: Lo que quise decir es que, según mi experiencia trabajando en contextos humanitarios a nivel mundial, existen estados fallidos donde las operaciones humanitarias con apoyo internacional son cruciales para la supervivencia de la población. En Ucrania, el trabajo humanitario también es esencial, pero complementa el trabajo del gobierno, que sigue funcionando a pesar de la guerra.
Este no es un estado que se haya derrumbado. Las autoridades ucranianas son en gran medida capaces de mantener los servicios y garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos, aunque dependen en gran medida del apoyo internacional. La operación humanitaria fortalece, en lugar de sustituir, las capacidades gubernamentales.

NUNCA HE VISTO “NACIONALISTAS” EN UCRANIA
P: Vemos que, ante la imposibilidad de Rusia de avanzar en el campo de batalla, ha intensificado el bombardeo de ciudades, alegando combatir a los "nacionalistas". ¿Se ha topado alguna vez con alguno de los nacionalistas contra los que el Kremlin afirma combatir?
R: No, no he visto nada de esto. Ucrania tiene más de 30 millones de habitantes, así que no los conozco a todos, pero en mi trato con autoridades, ciudadanos y ONG, no me he topado con este fenómeno.
P: Usted señala los importantes riesgos que corren los ucranianos debido a los ataques rusos durante el invierno. ¿Qué tan confiable es la infraestructura de calefacción y electricidad? ¿Cuenta la ONU con planes de contingencia para mitigar los impactos?
R: Estamos muy preocupados por los problemas que puedan surgir en el invierno. La ONU y sus socios humanitarios están brindando apoyo a las zonas rurales cercanas a la primera línea con dinero en efectivo, fondos para la protección contra el frío y combustible sólido. Hasta el momento, hemos llegado a un millón de personas de los 1,7 millones que pretendemos apoyar, pero no contamos con los fondos suficientes.
La mayor preocupación la generan las ciudades como Járkiv, Dnipró y ciudades más pequeñas en primera línea, donde la destrucción de la infraestructura energética se ha intensificado. Las labores de restauración no pueden seguir el ritmo de los daños. Si el invierno es duro y la destrucción energética continúa, corremos el riesgo de una catástrofe: miles de personas quedarán en edificios de gran altura sin calefacción ni agua.
DURANTE LAS CRISIS PROLONGADAS, LA FINANCIACIÓN SIEMPRE DISMINUYE
P: En cuanto a la asistencia de la ONU, ¿es suficiente?
R: La comunidad internacional ha sido generosa, con más de 4 mil millones de dólares en 2022, 2,6 mil millones de dólares en 2023 y 2,2 mil millones de dólares el año pasado.
Este año, la financiación está disminuyendo, como siempre ocurre durante las crisis prolongadas, y seguimos sin fondos suficientes. Por ejemplo, nuestro plan de invierno busca ayudar a las personas vulnerables en primera línea; hasta la fecha, se ha asegurado el 65 % de la financiación, llegando a un millón de personas.
P: Casi a diario usted publica declaraciones sobre los ataques rusos. ¿Es difícil buscar otras palabras cada vez para no repetir lo mismo, ya que la situación se repite?
R: Es un reto, pero trabajo con asesores de medios experimentados para encontrar maneras de describir los hechos de forma creativa. Los ataques provocan muertes, heridas y destrucción, y existen límites para expresar esto de forma diferente.
La ONU no tiene ejército; nuestras armas son las palabras, la autoridad moral y la defensa de intereses. Debemos hablar con claridad sobre lo que sucede y exigir responsabilidades a los infractores.
P: ¿Pasa la mayor parte del tiempo en Kyiv o viajando por Ucrania?
R: Mi base está en Kyiv, pero viajo fuera cada dos o tres semanas. La mayor parte del trabajo humanitario se realiza en todo el país, con prioridad en la zona este, cerca de la línea del frente. Visito estas zonas para supervisar las operaciones y hablar con las autoridades.
Los viajes se realizan por carretera o ferrocarril.
Por ejemplo, los viajes a Dnipró duran cinco horas, y a Járkov, de cinco a seis horas, más tiempo para llegar al frente. Suelo pasar dos o tres días en estas regiones para observar y conocer a las personas afectadas.

NO SE PUEDE NEGOCIAR EL FUTURO DE UN PAÍS SIN SU PROPIA PARTICIPACIÓN
P: ¿Qué opina de la "lista de deseos" de Rusia de que Ucrania ceda parte de Donetsk y reduzca su ejército a cambio de un alto el fuego? ¿Y coinciden sus evaluaciones con la opinión de los ucranianos sobre la actual diplomacia internacional, con la participación de Estados Unidos y Europa, para poner fin a la guerra?
R: La ONU ha sido clara al afirmar que la invasión rusa de 2022 viola la Carta de la ONU y la integridad territorial de Ucrania.
Como coordinador residente y humanitario de las Naciones Unidas, puedo decir que está claro que no se puede negociar el futuro de un país en guerra sin que ese país esté en la mesa de negociaciones.
Existe escepticismo sobre las negociaciones con el Kremlin si Ucrania no participa plenamente. Las líneas rojas son claras: las negociaciones no pueden conducir a la cesión de territorio, ya sea que esté actualmente ocupado por fuerzas rusas o no, y no deben celebrarse elecciones en tiempos de guerra.
Entregar territorio sería injusto e inaceptable.
Tanto los civiles como los funcionarios ucranianos señalan que el conflicto debe terminar, pero no a cualquier coste.
En cuanto al apoyo europeo, se agradece la solidaridad internacional, tanto de Europa como de Canadá, Japón y otros países. Si bien existe preocupación sobre la continuidad del apoyo a largo plazo, no he oído a nadie decir que la comunidad internacional, incluida Europa, esté fallando a Ucrania.
P: ¿Cree usted que los políticos y los periodistas internacionales prestan suficiente atención a Ucrania en comparación con la forma en que tratan la situación en Oriente Medio?
R: Toda crisis grave merece atención: Gaza, Palestina, Sudán, Myanmar, Ucrania. Mi función es garantizar que Ucrania no caiga en el olvido y que la comunidad internacional siga apoyando y monitoreando la situación.
Volodymyr Ilchenko, Nueva York
Fotografías proporcionadas por el autor y el PNUMA/Ministerio de Asuntos Exteriores