Alexandre Melnik, profesor francés de geopolítica

08.09.2016 10:40

El statu quo continuará hasta el final de las elecciones en Occidente

El presidente francés François Hollande y la canciller alemana Angela Merkel aplaudieron el pasado jueves, 1 de septiembre, el comienzo del armisticio en el este de Ucrania en relación con el inicio del año escolar y confirmaron una vez más su deseo de cooperar con Ucrania y Rusia en el marco del formato de Normandía, con el fin de aplicar plenamente los acuerdos de Minsk. El día siguiente el centro de prensa del estado mayor de la operación antiterrorista (ATO) constató 11 ataques por parte de los grupos armados ilegales en las zonas de Donetsk y Mariúpol. La próxima reunión de los líderes del cuarteto de Normandía en China en la cumbre del G-20 fue cancelada por iniciativa del Kremlin.

El científico francés, profesor de geopolítica y profesor de la escuela de negocios ICN, Alexandre Melnik, contó en una entrevista a Ukrinform el posible desarrollo de la situación, las perspectivas del retorno de Crimea, las sanciones contra Rusia y la lógica de los procesos geopolíticos en el corto plazo en el contexto de la agresión rusa en Ucrania.

Pregunta: Rusia concentró en las fronteras con Ucrania unos 100.000 militares, miles de armas pesadas y equipo, aviación de asalto, bombardeo y caza en el marco de los ejercicios militares a gran escala. En su opinión, ¿cómo estos ejercicios influyeron en la postura de Occidente en materia de resolución del conflicto en Ucrania?

Respuesta: No existe una relación directa entre la postura de Occidente y estas maniobras, no es una novedad. No son una novedad en la estrategia elegida de blandir las armas y demostrar los músculos por parte de Rusia. Tampoco son una novedad para Europa y la comunidad internacional en general, que ya han acostumbrado a la retórica belicosa de Putin, por lo que ya no prestan atención. Se percibe como una expresión: el perro ladra, pero la caravana se mueve. Es un non evenement, es decir no es un evento.

P: Sin embargo, los expertos señalan que estas maniobras no tenían un solo propósito, adiestrar a los soldados. Probablemente, el Kremlin perseguía los objetivos geopolíticos…

R: Estas acciones de Rusia reflejan una cierta tendencia, y los acontecimientos de agosto en Crimea lo demostraron. Putin busca separar dos temas de la agenda internacional. Primero, es Crimea, y segundo, es Europa Oriental. Crimea para Putin es para siempre. Se trata de algo “sagrado” e intocable de acuerdo con los intereses rusos. Por lo tanto, su intención es “romper el cordón umbilical” entre los dos temas que muchas cancillerías occidentales entrelazan en un conjunto, Crimea y Europa Oriental. Para él, Crimea es una cosa, y Europa Oriental es objeto de negociaciones. Este tema sigue siendo objeto de negociaciones, porque, de hecho, “rompió dientes” en la aventura en Europa Oriental, no consiguió lo que quería. No calculó absolutamente el grado de resistencia por parte de Ucrania, por parte de la nación ucraniana que se animó después de la Revolución de la Dignidad. Por lo tanto, para él, es importante salir de este formato de Normandía. Hace dos años se dijo que el formato de Normandía es sólo un PR de Putin. Se le ocurrió esta idea y prácticamente todos (los líderes europeos), incluyendo Hollande y Merkel, “picotearon” esta idea. Para ellos, entonces fue un momento dramático, en realidad la última oportunidad para evitar lo peor. Y lo peor de todo es que podría ser una guerra total con grandes bajas.

Ahora este formato de Normandía queda enterrado. Los acontecimientos de agosto en Crimea lo demostraron. Vamos a recordar las primeras declaraciones de Putin sobre la falta de alguna razón para reanudar las negociaciones en el marco de este formato. Conformemente, para él, era importante enterrarlo. Se lo ha hecho, y ahora el mundo se encuentra en una situación completamente nueva, cuando el retorno de Crimea a Ucrania se convierte en una especie de mantra, un hechizo retórico que se repite en las negociaciones, pero nadie cree en él.

P: Puede citar algunos ejemplos históricos, paralelos en la diplomacia moderna?

R: Como ejemplo puedo citar la fórmula de la resolución ficticia del conflicto palestino-israelí. Cuando dicen, “dos países, dos Estados”. Dicen que Palestina debe tener su Estado (junto con el Estado de Israel). Estoy bastante bien informado sobre Jerusalén, a fin de no tener ilusiones sobre las posibilidades reales de este proyecto. Pero los líderes de la comunidad internacional lo repiten como loros. Por lo tanto, es importante que esto no suceda aquí, en las relaciones entre Europa y Occidente en general y Ucrania. Para que el retorno de Crimea no sea puramente retorico, por así decirlo, una “niebla diplomática”, y para que sea un mapa real de las negociaciones entre Ucrania y los socios occidentales.

P: Qué opinas, de qué o de quién depende el éxito de estas negociaciones?

R: En primer lugar, todo depende de la diplomacia ucraniana. Y no voy a ocultar mi decepción.

P: Qué quiere decir?

R: No veo una diplomacia proactiva de Ucrania, no se puede escucharla ni verla. Ucrania es como un objeto volador no identificado. No tiene alguna estrategia. En el frente diplomático, hay un vacío completo tanto en términos de las acciones de Occidente que no tiene estrategia, como en términos de Ucrania. Es decir, esto es un encuentro dramático de dos vacíos, situaciones, cuando ninguna de las partes puede salir del estado de cuerpo a cuerpo, letargo, pasar a una política proactiva. Se necesita una salida del estado de statu quo a la política real, la cooperación, no sólo “blah blah blah” teórico. Se necesitan nuevas ideas, propuestas de acción conjunta. No lo hacen tanto Ucrania como Occidente.

P: En su opinión, cuál es la razón de este statu quo?

R: Occidente queda inmovilizado, paralizado por lo que denomina democracia, es decir, las elecciones. Debido a que es en este momento, toda la atención de las élites y la sociedad en Francia, en Alemania, en Italia y en los Estados Unidos se centra en las elecciones… Son un Goliat, un monstruo gigante que quema toda la energía. Nadie puede entender los asuntos internos de Occidente, y ahora es necesario dedicarse a Ucrania. Es decir, su país se encuentra actualmente fuera de los radares y las prioridades de Occidente al perder su oportunidad histórica que tenía. No dejo de repetir que Ucrania no es un problema para Occidente, es una gran oportunidad. Y esta oportunidad debe ser aprovechada, convertida en una posibilidad. Es decir, en cuanto a Occidente, ante todo, es una coyuntura política, diría, electoral.

Ucrania, su diplomacia, debe iniciar nuevas ideas astronómicamente distantes de la Federación Rusa demostrando su independencia.

P: En su opinión, cuánto tiempo tomará este periodo?

R: Continuará hasta el final de las elecciones presidenciales en Francia (2017), al mismo tiempo, no hay que olvidar las elecciones presidenciales de los EEUU. Su resultado es también una completa falta de claridad. Este statu quo dudará un cierto tiempo debido a razones coyunturales, y más tarde, debido a razones estructurales. Ya que las elecciones no duran mucho. Pero hay que darse cuenta de que no importa quién llegue al poder en los EEUU, Clinton o Trump, aquí en Francia, cambiará el presidente, pero todo no cambiará de inmediato. Occidente en general no tiene una visión tanto de su propio estado como de Europa que se está sobreviviendo. Este statu quo continuará.

P: Volvamos a las perspectivas para el retorno de Crimea. Alexandre, habló en términos muy categóricos sobre la irreversibilidad del proceso desde el punto de vista del Kremlin. Al mismo tiempo, es obvio que las autoridades rusas tratan de legalizar en los ojos de Occidente la anexión de la península. En particular, a través de las elecciones en su territorio a la Duma Estatal el 18 de septiembre de este año y la elección de cuatro personas de Crimea a la cámara baja del parlamento. ¿Cómo va a reaccionar Occidente en este contexto? Algunos países europeos (Polonia y Croacia) ya han declarado que no enviarán sus representantes como observadores a las elecciones…

R: Usted utiliza el término "legalización" en este contexto. Pero me gustaría recordar a sus lectores otro término, “normalización”, que fue utilizado por la URSS en los países de Europa Oriental. Por ejemplo, después de los eventos en Praga en 1968, la Unión Soviética hizo todo lo posible para “normalizar” la situación. Lo que está sucediendo ahora es un equivalente de “eructo” de la estratégica soviética de “normalización”. Es decir, en primer lugar, el uso de la fuerza militar, luego, la adjudicación de atributos externos de legalidad a los resultados logrados con la ayuda de las armas. Los precedentes históricos nos dicen que Occidente no intervino, ya sea en el caso de Checoslovaquia, o en el caso de Polonia y Hungría. En mi opinión, Occidente se limitará a la retórica, palabras, y no acciones. Los únicos países que responderán a esto son los países que entienden los problemas de Ucrania.

P: Nómbrelos, por favor.

R: Serán los países del Báltico, Polonia, otros países de Europa Oriental y los Balcanes. Pero ya hay una lucha por estos países. Mire que está sucediendo con Eslovaquia. Putin casi la ha arrastrado a su lado. Mire que está sucediendo con Chequia… En mi opinión, la diplomacia ucraniana no debe percibir Occidente como una comunidad monolítica. Moscú no percibe Occidente en su conjunto y trabaja con los países individuales. Quizás, algún elemento de la estrategia rusa podría ser tomado en cuenta por Kyiv. Se debe aprovechar las relaciones de socio con la misma Polonia, y jugar en Europa. No hay que apostar sólo a Francia y Alemania, por el contrario, hay que utilizar los países de Europa Central y Oriental, que todavía preservan la memoria histórica.

P: Durante nuestra conversación, usted ha mencionado la coyuntura política de Occidente moderno que influye negativamente en la terminación de la guerra en Ucrania. ¿Qué pasa con los intereses económicos de los aliados occidentales de Kyiv en Rusia? ¿Cómo evalúa las perspectivas de levantar las sanciones contra Rusia después de 2017?

R: No veo tales perspectivas. Levantar las sanciones es reconocer plenamente el fracaso de la estrategia elegida de obligar al agresor a la paz. Es imposible hacerlo, incluso si uno de los “candidatos de Putin” desde el punto de vista de la opinión pública llega al poder en Francia. En general, la historia demuestra que las sanciones serán de larga duración. Recordemos las sanciones contra Cuba, Libia, Irán. Son fáciles de imponer, pero son muy difíciles de salir de su régimen. Esto tomará mucho tiempo. Por lo tanto, las sanciones impuestas a Rusia por parte de Occidente continuarán como proceso en términos de dignidad y descomposición política de las elites occidentales.

P: Son autosuficientes para poder alcanzar sus objetivos?

R: En mi opinión, también deben ser reiniciadas, no funcionan. Por ejemplo, las personas que figuran en las “listas negras” de la UE, siguen viajando, como antes, a Europa, a Francia. Todo tipo de Naryshkin y otros. Vienen aquí. Para levantar o aliviar estas sanciones, es necesario introducirlas en realidad. Es necesario aplicar las sanciones contra las personas del entorno de Putin. Se necesita un mecanismo real, no contraproducente que mostraría que el comportamiento de Rusia en la política exterior con respecto a Ucrania no debe ser perdonado. Son absolutamente impensables acciones que socavan el sistema de seguridad y amenazan la paz. No hay que olvidar la palabra “guerra” en 2016. Occidente no debe perder la guerra librada contra él por Putin.

P: Pero entonces, ¿cómo debe actuar Occidente en la guerra contra el terrorismo en el que por menos su parte, la misma Francia, considera a Rusia como socio?

R: En mi opinión, la cooperación en este contexto se mantendrá en el nivel de negociaciones diplomáticas formales, lo que proporcionará una oportunidad para que las dos partes puedan decir al electorado sobre el diálogo. Putin tampoco puede romper todos los lazos con Occidente. Pero no habrá discusión real y constructiva que podría conducir a una verdadera coalición, siempre y cuando la gente esté diciendo las mismas palabras aunque ponga significados completamente diferentes. Este abismo mental y semántico ha alcanzado los increíbles tamaños.