Inexpresable vulgaridad de la existencia. Mini Reichstag para “Putin- Jugend”

Hay noticias definitivamente estúpidas y vulgares que son difíciles de creer. Primero nos fijamos en el calendario para averiguar si ¿es el 1 de abril? No, es el 22 de febrero.

Y en este día, el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shuygú, interviniendo en la Duma Estatal en vísperas de la fiesta profesional de los militares rusos (el 23 de febrero – ed.), dijo literalmente lo siguiente: “En el parque Patriot de Kúbinka vamos a construir un Reichstag. No en su totalidad, sino para que nuestros ‘yunoarméitsi’ puedan practicar la toma del edificio”.

Los ‘yunoarméitsi’, quien no lo sabe, es el llamado “Putin- Jugend”, una organización juvenil paramilitar. Creándola, por un lado, Shuygú dice tercamente que está fuertemente en contra de la militarización del país. Al mismo tiempo, desarrollará el Movimiento de la Juventud Patriótica “Yunármia”. El matiz picante a la situación también añade el hecho de que una de las figuras de Yunármia es un famoso comediante ruso Mijáil Galustian. Imaginen esta Nasha Russia – Army Junior.

Y ahora sobre el edificio del Reichstag. Desde 1999 allí se reúne el Bundestag, sede del Parlamento de la República Federal de Alemania. Es decir, a partir de ahora los jóvenes rusos entrenarán sus músculos y mejorará su ojo con regularidad asaltando la réplica del actual parlamento del principal país de Europa continental. ¿Es hermoso? ¡Sí, seguro!

En lugar de reconciliación, en lugar de trabajo por el futuro, hay conservación de la derrota del vecino. Precisamente esta variación sobre su propia celebración y la humillación de los demás en las guerras del pasado engendra nuevas guerras.

Y ¿qué  sucederá si otros lo tomarán como ejemplo? Bueno, como mínimo, cerca de Kyiv y Varsovia es necesario construir una réplica del Kremlin, en la toma del cual practicaron los  húsares polacos y los cosacos ucranianos a comienzos del siglo XVII. ¿Y qué? En Pyrogovo cerca de Kyiv, parece, aún hay un cierto número de lugares. O en Mezhygiria…

Además, Shoygú dijo que resulta que en el parque Patriot hay un “pueblo de guerrillas de tamaño completo”. Es un estilo burocrático-militar de alto nivel. ¿Hay otros? ¿De corto metraje? ¿Los pueblos de güerillas stalinkas, pueblos jrushchovkas? ¿Pueblos de guerrillas estudios con baño combinado?

Pero aún es más interesante: “Aquí (es decir, en el pueblo – ed.) hay una clase de entrenamiento de minadores, cocina, cocineros, baño de guerrilla y hasta una cueva de supervisor político (¿De Prilepin? – ed.)”. Esta misma “cueva de supervisor político” impresiona más que la “clase de entrenamiento de minadores”. Imaginen, si se trata de los guerrilleros barbudos naturales procedentes de los campesinos, ¿para qué les sirve un supervisor político? Y si hay “supervisor político”, resulta que se trata absolutamente  de otro tipo de guerrilleros, unos grupos subversivos con formación de NKVD que son crueles tanto con su enemigo como con su población (¿quién la ha contado después de los años 1932 – 33, 1937 – 39?). Bueno, los supervisores políticos siempre fueran guerreros. En primer lugar, siempre buscaban a alguien  para pasar por las armas para presentar informes. Y además, sería mejor que este alguien tuviera mujer bonita, para que el llamado guerrero pudiera relajarse con ella después de un “baño de guerrilla”.

Concluyendo el tema de “pueblos”,  se puede darle al ministro Shoygú un buen consejo, que construya en el parque Patriot alguna aldea alemana de Prusia Oriental, Pomerania o Silesia, por supuesto, recreando las escenas de atrocidades masivas del Ejército Rojo.

Sin embargo, el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa tiene otros planes: en el parque terminan crear una línea del frente con trincheras y blindajes, para que la gente pueda sentir el ambiente de la vida en estas condiciones. Y la publicidad también merece  el respeto: “Este año, será posible pasar un día en el servicio de un submarino con toda la familia y experimentar todo lo que está ocurriendo allí, empezando por la lucha por la supervivencia y terminando con compota y pasta náutica”.

Espero que este submarino convencional sea llamado “Kursk”, y “la lucha por la supervivencia” sea integral, incluyendo las vacaciones del presidente en ejercicio en Sochi mientras que la tripulación del submarino se ahogaba en compartimientos intactos…

La locura militar rusa sigue creciendo. Lo peor es que está dirigida a niños, adolescentes, los envenena por las próximas décadas.

Voy a recordar que todo esto dijo el ministro Shoygú un día antes de la celebración del Día del Defensor de la Patria en la Federación Rusa. La fiesta se ha arraigado entre la gente durante muchos años, aunque la fecha del 23 de febrero es absolutamente falsa. En la mañana de ese día en 1918 Alemania kaiseriana había presentado al débil poder soviético un ultimátum, que se pasó a la discusión.

En el frente, no pasó nada. Y no hubo ninguna “derrota de los alemanes cerca de Pskov y Narva el 23 de febrero de 1918. Simplemente no hubo, ni el 23 de febrero ni el 24. Y aún estamos quejándonos a Kiselev-Soloviev. Ellos sólo siguen la tradición estatal.

Pero si somos absolutamente precisos, el 24 de febrero algo había sucedido – ocuparon Pskov. Pero no eran los rojos, sino los alemanes – entraron en Pskov con un pequeño destacamento y casi sin resistencia. Debido a que el ejército ya estaba podrido por la propaganda bolchevique.

Y aquí, a propósito, Shoygú inesperadamente mostró que era un digno sucesor. Dijo sin rodeos que en las Fuerzas Armadas de Rusia crearon las “tropas de operaciones de información” que se dedica a la “propaganda inteligente, competente y eficaz”.

Hasta hace poco, Rusia en general, así como el llamado parlamento en particular, no reconocieron que en el país existen las tropas cibernéticas, una división de operaciones especiales de desinformación y propaganda. Aunque para los ucranianos después de 2014 es, por supuesto, un “secreto a voces”. No obstante, es necesario que el mundo, y especialmente Europa, especialmente Alemania, lea con más atención el informe de Shoygú.

Oleg Kudrin, Riga

* La opinión del autor puede diferenciarse de la postura de la agencia

SM